miércoles, 6 de agosto de 2008

Contenidos Educativos y Culturales, TICs y Convergencia Digital


A partir de la convergencia digital de las TICs, otro de los parámetros analíticos a tener en cuenta, es el de sus contenidos y servicios, generados y puestos a disposición, tanto por los productores y proveedores de contenidos y servicios educativos y culturales como a los usuarios y aplicadores. Si la disposición de las infraestructuras de las TICs es el primer paso que debe dar la comunidad educativa y cultural para poder acceder a sus contenidos y servicios, el desarrollo de contenidos digitales es otro proceso paralelo de gran importancia para el pleno funcionamiento o incorporación de estas tecnologías a las distintas actividades educativas y culturales.
En realidad, los contenidos de las TICs para la educación y la cultura, son otro de los elementos esenciales para el desarrollo de la educación y cultura digital.
Al igual que otros campos de aplicación social como la información y el entretenimiento, la convergencia digital de las TICs no podrá ser seguramente utilizada en la educación y la cultura, si no se producen suficientes contenidos multimedia interactivos, creados y/o adaptados a los verdaderos requerimientos pedagógicos, didácticos o divulgativos de sus actuales y futuros usuarios reales y potenciales. Y sin contenidos, las posibles aplicaciones de las TICs en cualquier práctica educativa o cultural se convertirían, sin lugar a dudas, tan sólo en un buen propósito teórico.
De ahí que superar rápidamente la problemática de las instalaciones y los equipamientos tecnológicos, para abordar las cuestiones esenciales de la concepción y producción, difusión o distribución de los contenidos educativos y culturales se vuelve un escenario estratégico, no sólo de análisis, sino de desarrollo inmediato. Y no habrá que olvidar que los medios y tecnologías educativas son espacio excepcional para tal fin. Los sistemas educativos y culturales pueden jugar un rol fundamental en la creación de un gran número de contenidos y recursos tecnológicos, dentro de esta convergencia digital de las TICs.
Y aún cuando la mayor parte de las inversiones o gastos que se han efectuado en el sector de las TICs aplicadas a la educación y la cultura, se centran en la compra o instalación de equipamientos, dispositivos o infraestructuras completas, así como de sus conexiones o la conectividad entre ellos; será necesario volver a señalar de nuevo - a pesar que en todo momento se plantea y se reivindica ya el interés y la importancia de la generación de contenidos -, que todavía no se alcanzan idénticos niveles de inversión que los rubros anteriores. Cierto, en la educación y la cultura, se sigue tratando constantemente de desarrollar e innovar sus procesos de actuación con y en las TICs, pero no se sigue todavía al mismo ritmo, la propia concepción y producción de los contenidos.
Sobre este tema habrá que señalar que el primer tipo de barreras para la creación y producción de contenidos digitales de carácter educativo y cultural, y que muy a menudo desincentiva la creación de los mismos, es el problema del alto grado de inversión que se requiere, y el cual, sin embargo, debería ser idéntico a como sucede con los procesos de producción de contenidos digitales de otros actividades sociales como el ocio, el entretenimiento o la información periodística. Siempre se ha señalado que la producción de los contenidos educativos y culturales, es costosa en tiempo y en recursos humanos; y que además dichos materiales pueden quedar obsoletos en breves lapsos de tiempo.
Pero, aún cuando la creación y producción de contenidos digitales educativos y culturales, suponga inicialmente un importante esfuerzo financiero y laboral, otros gastos relativos a su distribución y comercialización, siempre serán mucho más reducidos para este tipo de contenidos, si llegan a industrializarse o comercializarse a una escala masiva; desde esta perspectiva, y frente a un análisis de coste - beneficio por usuario, los montos de inversión para la producción de un gran número de contenidos educativos y culturales, resultan siempre inversamente más pequeños cuando se puedan ofrecer a amplias capas de la población, y todavía más cuando pueden adaptarse a las características propias de cada colectividad y persona.
Es evidente que son los propios responsables funcionarios, usuarios reales, desde directivos o encargados de establecimientos educativos y culturales, hasta sus profesores o técnicos (por ejemplo, guías, curadores de museos o galerías de arte), las principales personas implicadas en el diseño y definición de acciones o actuaciones que van dirigidas a fomentar la producción y utilización de las TICs, y de sus servicios y contenidos; además son estas las personas que mejor pueden evaluar la efectividad de los mismos. En algunos casos, también pueden otros usuarios, como los propios alumnos los que complementen y creen contenidos que resulten de utilidad para otros estudiantes.

martes, 5 de agosto de 2008

Acceso a contenidos digitales



Mirar televisión, hablar por teléfono, mover la cuenta desde un cajero automático bancario o por la red Internet, verificar multas de tránsito, comprar discos, intercambiar correos electrónicos desde cualquier lado del planeta, investigar y estudiar utilizando bancos de datos disponibles en Internet son hoy actividades cotidianas, en el mundo entero.

Subyacente a todas aquellas actividades paralelas existe una inmensa malla de medios de comunicación que cubre países enteros, une continentes y llega a casas, empresas y organismos públicos; son hilos de teléfono, canales de microondas, líneas de fibra óptica, cables submarinos transoceánicos, transmisiones vía satélite.

En estas redes habitan computadoras, que procesan informaciones, controlan y orientan el tráfico, coordinan y hacen compatibles los diversos medios de comunicación.

El conjunto de esos recursos forma una verdadera “autopista” de informaciones y servicios frecuentemente llamada de “infovía” o “supervía” popularmente Internet.

Desarrollar un política digital en al ámbito de Cultura, permitirá a los Ciudadanos acceder a contenidos en la red Internet potenciando la difusión local, nacional e internacional de su patrimonio cultural como así también la preservación del mismo.

Las soluciones basadas en Tecnologías en Informática y Comunicaciones (TICs), para ser aplicada a las actividades de recuperación, catalogación y digitalización de documentos, preservación patrimonial y difusión multimedia, se encuentran en un estado de madurez de producto que garantiza a los ciudadanos encontrar las condiciones básicas de accesibilidad a los contenidos institucionales.

Tres fenómenos interrelacionados conocidos como Convergencia de la Base Tecnológica, están en el origen de la transformación en curso.

El primero, la convergencia de la base tecnológica, proviene del hecho de poder representar y procesar cualquier tipo de información de una única forma, la digital. Esta convergencia esta dada por la integración de las siguientes disciplinas: Computación (informática y sus aplicaciones), Comunicaciones (transmisión y recepción de datos, voz, imágenes, etc.), y los Contenidos (libros, películas, videos, pinturas, fotografías, música, etc.), se aproximan vertiginosamente.

El segundo aspecto es la dinámica de la industria, que ha proporcionado una continua caída de los precios de las computadoras relativamente a la potencia computacional, equipos de producción digital permitiendo la popularización creciente del uso de esas máquinas.

Finalmente, en gran parte como resultado de los dos primeros fenómenos, el tercer aspecto en la base de esa revolución es el crecimiento de Internet.

Digitalizar el Patrimonio Cultural

“...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”
(UNESCO: Declaración de México)


El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores, actores, etc. así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas. La cultura nos muestra los valores, la forma de ser y de vivir una comunidad, la cultura es entonces “formadora de identidad”, el sustento moral y social de un pueblo.

Desde el estado se la debe rejerarquizar tomándola como “motor para la transformación social” impulsando acciones concretas en materia de divulgación y desarrollo cultural.
El concepto de “desarrollo cultural” se presenta como algo más complejo y completo que el concepto de “crecimiento” ya que para consolidar el desarrollo integral es necesario un profundo cambio en pos del afianzamiento de una cultura verdaderamente democrática, pluralista, la que representa un punto clave para la vida en sociedad.

Para una mejor y mayor difusión de la cultura es fundamental desarrollar herramientas que colaboren en la divulgación de estos contenidos, permitiendo además establecer un diálogo entre las diversas culturas regionales. No será posible responder a la gran reactivación cultural que se vive, ni a los procesos de desarrollo cultural de los municipios, si no se atiende al crecimiento, especialización, equipamiento y mejora de la divulgación: El desarrollo y la difusión cultural debe estar en correspondencia con el dinamismo intelectual y creativo de cada localidad.

Existen hoy en la Argentina las condiciones económicas y tecnológicas para que se incorporen programas institucionales de promoción y difusión cultural, las nuevas Tecnologías de Informática y Comunicación (TICs) permiten que la población acceda desde los hogares, centros educativos y culturales, etc. a diversos sitios de divulgación por Internet.

Las Tecnologías de Informática y Comunicación en la Cultura

En el “Informe Mundial sobre la Cultura” de la UNESCO (2000) la arqueóloga de la École Nationale du Patrimoine, (Francia), Isabelle Vinson revalora el rol de los soportes digitales En este sentido marca la necesidad de una buena organización de los contenidos y la arquitectura de las redes que permita crear mapas de conocimiento que faciliten a los usuarios encontrar vías personalizadas de acceso al conocimiento.Por otra parte, sostiene la necesidad de que el Patrimonio Cultural sea resguardado digitalmente en espacios propios: “es indispensable que los recursos patrimoniales sean difundidos por soportes digitales generados desde los gobiernos, tanto para garantizarles los beneficios generados por las industrias culturales como para preservar su significado esencial, al ser emitidos y modificados por y en el seno de la comunidad a cuya memoria histórica pertenecen”.

En la misma línea, el “Diario Oficial” la Unión Europea publicó en su informe sobre Patrimonio Cultural (agosto de 2006) una serie de recomendaciones sobre la digitalización, la accesibilidad en línea del material cultural y la conservación digital. Orientada a la importancia de la conservación digital, expresa que “la conservación digital es vital para mantener la memoria colectiva.”

El proceso de Catalogar y Digitalizar fondos culturales y patrimoniales, para ser almacenados y gestionados en Base de Datos; sean estos en diferentes formatos como documentos escritos, sonoros, audiovisuales, fotográficos, etc. favorece a la divulgación en forma masiva y la gestión de colecciones específicas. Además, colabora con la preservación del patrimonio cultural, ya que muchos de estos objetos culturales, son en su mayoría originales los que deben ser preservados y, la alta exposición o el manipuleo puede llevar a roturas, perdidas, deterioros, etc.

La preservación de la “memoria registrada” o de la “Producción única cultural” y sus archivos, es incipiente en América Latina y joven aún en el mundo. Las políticas públicas de la región muestran vacancia en el Liderazgo para este tipo de emprendimientos.